Entendemos la interacción como el acto en el que dos personas se encuentran y transmiten información. No se trata de una simple comunicación en la que las partes lanzan mensajes para contactar con el otro. La interacción es un fenómeno complejo que se da pese al interés en comunicar de las partes y que supone mucho más que transmisión de mensajes. La interacción se da con cualquier toma de contacto con el otro y se desarrolla siguiendo unos patrones implícitos que nos capturan y nos enredan inconscientemente, por lo que resulta muy necesario conocerlos con el fin de poder manejarlos para nuestro interés. Además, en toda interacción veremos que se despliega un amplio repertorio de guiones y automatismos que nos condicionan sin saberlo y de los que tenemos que tomar conciencia para poder mejorarlos o para entender y desenredar problemas interpersonales aparentemente inexplicables. También con fines pragmáticos necesitamos manejar con maestría las definiciones de la interacción, concepto que desarrollaremos extensamente, dada su importancia, y que caracteriza el modo en que las partes asignan y determinan sus roles en su propio beneficio. Veremos cómo un buen manejo de la definición incrementa el poder de las partes en cualquier contexto.
Por otro lado, distinguiremos entre la interacción primaria y la secundaria o, brevemente, la que se da por el mero contacto consciente, pero sin intercambio de mensajes entre las partes, y la que incluye la comunicación en sí. Analizaremos las características de estos tipos de interacción y veremos posibilidades de su manejo y como se condicionan entre ellas. Entraremos también en el juego dinámico de pautas de interacción y de tiempos y pasos que se determinan de cara al futuro. En este sentido encontraremos muchas explicaciones para problemas a los que se enfrentan muchos analfabetos relacionales que no entienden por qué les pasa lo que les pasa con los demás.
En un apartado de extrema importancia analizaremos multidimensionalmente la comunicación proponiendo un modelo de cinco niveles, estudiaremos sus características y, después, derivaremos con ejemplos los errores más frecuentes en los que nos encontramos a diario en nuestras interacciones dificultosas o fracasadas.
Por último, entraremos en un tema de tinte filosófico generador de problemas de interacción que hemos denominado como “negación y entidad”. Siendo que negación supone aparentemente negar la existencia de algo y entidad consiste en dar estatus de existencia a algo, veremos cómo el lenguaje nos engaña y construye la realidad sin que nos demos cuenta de ello.
Este es un apartado complejo, denso y al mismo tiempo muy importante y valioso. Merece la pena detenerse en él y dedicarle el tiempo que sea necesario para elaborar sus implicaciones y reflexionar sobre su contenido. El conocimiento de estos conceptos provee de auténticas armas de poder interpersonal.