N 5.1 Dentro del apartado de las necesidades de tipo profundo o referentes podemos encontrar una serie de elementos comunes a modo de propiedades que reproducimos a continuación.
N 5.1.1 Toda necesidad implica una carencia que siempre es subjetiva. Se entiende por carencia la diferencia entre la situación ideal y la actual, siempre desde el punto de vista del observador.
N 5.1.2 Las necesidades están siempre ahí y dependiendo de los estímulos del contexto se hacen manifiestas. Podemos pensar que existe un estado parecido al letargo en el que habrá períodos en los que apenas se manifestarán, aunque no desaparecerán. En cada contexto se activan unas necesidades de referencia que son las que motivan la relación y otras asociadas que surgen una vez se establece la relación. Por ejemplo, en el contexto del trabajo, la necesidad originaria es ganar dinero para poder vivir, pero una vez en la organización laboral surgen otras necesidades como la de ser valorado, respetado, la de obtener poder para dominar a otros, ser incluido en grupos, disponer de libertad para crear, para manejar determinados equipos, dejar impronta… a cada uno le surgen unas necesidades asociadas que puede o no saciar, pero que pesan tanto o más en importancia como la originaria y que le crean la necesidad de actuar en consecuencia.
N 5.1.3 Toda necesidad implica un movimiento inevitable de acción o de reacción. No se puede no reaccionar o no actuar. Se actúa siempre ante las desviaciones de la situación ideal. Podemos considerar la falta de movimientos como una forma estratégica de actuar, y en su contexto siempre tiene sentido.
N 5.1.4 Se actúa más por reacción que por acción de cara a cubrir las necesidades. Las personas normalmente reaccionan, pero pocas veces se anticipan. En la medida en que somos proactivos o reactivos nos distinguimos de los demás.
N 5.1.5 Las necesidades son difusas, se pueden considerar más como un rumbo que como una meta, y el punto de referencia hacia el que todo tiende. No se puede explicitar nunca una situación ideal porque siempre será mejorable y entonces dejará de ser la ideal.
N 5.1.6 Las necesidades solo pueden inferirse. Incluso si son propias, son desconocidas por las personas. No existe modo de demostrarlas, solo se las puede tratar como hipótesis, en cuanto a su existencia, a su número, su orden y en cuanto a su importancia y centralidad. Como constructores de modelos construimos hipótesis a cerca de nuestras propias necesidades. Las personas nunca llegamos a conocernos del todo a nosotros mismos.
N 5.1.7 Las personas no saben lo que necesitan. La habilidad de hacer modelos útiles a cerca de las propias necesidades (de saber qué quiero en realidad) está fuera del alcance de la gran mayoría de las personas. La gente, en general, no se conoce bien. Muchas personas no tienen noción de cómo reaccionarían ante determinados contextos extraordinarios y, lo que es peor, tienen ideas equivocadas sobre cómo creen que reaccionarán. Del mismo modo, no saben bien qué es lo que necesitan o se equivocan con sus suposiciones acerca de lo que les mueve. Mucha gente vive con continuos autoengaños.
N 5.1.8 Primero es la necesidad y luego el razonamiento o el porqué de la necesidad. Las personas primero sienten sus necesidades referentes y luego las racionalizan dándoles una forma comprensible y socialmente aceptable, pero nunca al revés.
N 5.1.9 Solo podremos entender a los demás si somos buenos constructores de modelos de necesidades. Si el otro nos resulta raro es porque no sabemos construir bien el modelo de sus necesidades. Los modelos no se pueden contrastar con ninguna realidad, por lo tanto, de un modelo no se puede decir que es real o bueno, sino útil o inútil. Sabemos que un modelo explicativo de la conducta del otro es útil si se dan tres circunstancias:
- Si podemos predecir de un modo razonable la conducta del otro.
- Si podemos empatizar con él.
- Si podemos influir en él de forma persuasiva.
N 5.1.10 El trabajo de construcción de los modelos de necesidades de los demás es automático, tácito e implícito en la interacción. Una interacción interpersonal no se puede parar para pensar qué está sucediendo.
N 5.1.11 Las necesidades se ordenan jerárquicamente por orden de importancia relativa dependiendo siempre del contexto. Las necesidades dependen siempre del contexto. Lo que en un contexto es una necesidad en otro no lo es. Las mismas necesidades referentes que nos acompañan en cada momento y en cada contexto se reordenan en importancia, dependiendo de la forma en que el entorno afecta a unas u otras.
N 5.1.12 Unas necesidades anidan o dan lugar a otras. Es el caso expuesto arriba en el que una persona inicia una relación, por ejemplo, laboral, para cubrir una necesidad y este contexto da lugar a una serie de necesidades secundarias a la primera (ser valorado, controlar, etc.).
N 5.1.13 Las necesidades oficiales albergan otras necesidades reales ocultas. Las personas eligen campos donde conseguir mejor sus necesidades, ante los desvíos de su situación ideal inician acciones compensatorias y, ante la dificultad o la evidencia de la falta de expectativas de lograr resultados, entonces abandonan y cambian de campo.
N 5.1.14 Las necesidades a menudo implican o albergan contradicción entre ellas. Muchas veces son incompatibles pero las personas siempre encontramos el modo de racionalizar las disonancias. Somos muy tolerantes con nuestras propias contradicciones.
N 5.1.15 Toda indecisión supone un conflicto de necesidades jerárquicamente similares.
N 5.1.16 Las necesidades pueden surgir a medida que se descubren nuevas carencias. El proceso es continuo y ninguna persona puede decir nunca si a estas alturas de su vida ya ha descubierto cuál va a ser su gran necesidad definitiva.
N 5.1.17 El origen de las necesidades es producto de la especulación. Hablar y teorizar sobre estos temas lleva a la fabricación de mitos y a discutir sobre el sexo de los ángeles. El origen siempre será incognoscible y si llegamos a conocer un origen siempre será indemostrable. El pensamiento de causa y efecto, inevitable en tantas facetas de la vida, aquí solo sirve para fabricar cuentos y leyendas. Por otro lado, no existe nadie, persona o profesional, que esté en condiciones de desvelar la verdad del origen de las necesidades particulares. Los psicólogos no son una excepción, tan solo construyen modelos, pero no descubren realidades.
N 5.1.18 Una necesidad referente nunca se sacia. Se atenúa o se transforma, pero nunca desaparece o se elimina.
N 5.1.19 Las personas pueden ser más o menos vulnerables según la intensidad de sus necesidades referentes. Hay personas que apenas aparentan tener necesidades (porque son evitadores o porque las tienen en muy baja intensidad) y personas que mueren abiertamente por satisfacer una necesidad. La intensidad por evitar la carencia puede cegar, ser muy grande, incluso apagar otra necesidad. En este ámbito hablamos claramente de vulnerabilidad:
- Por necesidades fuertes.
- Por muchas necesidades.
- Por una combinación de las dos cosas.
N 5.1.20 Las necesidades nos hacen vulnerables y dependientes de los demás. Si somos una necesidad para alguien tenemos poder sobre él en la medida en que podamos y sepamos dejar de ser accesibles.
N 5.1.21 Cuando una necesidad se concreta en una meta podemos distinguir en esa meta una serie de variables que la definen y le dan forma:
- Su grado de realismo desde el punto de vista de un observador externo.
- Su alcance o, dicho de otro modo, si es una meta amplia o estrecha.
- Su nivel de acción, porque puede llevar a una actitud activa o a otra más conservadora.
- Su importancia y centralidad para el espacio mental de la persona.
- Su observación de los demás: basada en la agresividad invasora o en la convivencia.
N 5.1.22 Sin una necesidad solo se interpreta un papel y punto. Fingir que luchamos por algo que no nos interesa es hacer teatro con otros fines que responden a una auténtica necesidad. El mundo de la política y la empresa están plagados de ejemplos.
N 5.1.23 Una necesidad siempre es personal y no de otra persona, personas, entidades, de la sociedad, o de cualquier otra entidad. Si un contexto no permite satisfacer una necesidad se produce inhibición y la persona pasa a representar un papel más o menos correctamente. Es el caso del ámbito laboral, que casi siempre se reduce a una compraventa de tiempo y esfuerzo a cambio de dinero y poco más. La persona cumple estrictamente con lo justo. No existen para nadie las necesidades de la empresa. Las necesidades de la empresa son las del empresario.
N 5.1.24 Miedos y temores magnifican las necesidades y crean ceguera a las alternativas. El componente emocional altera todo nuestro nivel de necesidades.
N 5.1.25 No existen las necesidades universales. Las hay más frecuentes, pero nunca universales. Cada persona es un mundo. La pirámide de Maslow es poco representativa de los motivos reales de muchísima gente.
N 5.1.26 Una necesidad no es un recurso. Los recursos sirven para satisfacer una necesidad, pero no son la auténtica necesidad. El dinero es un recurso que funciona como un fin, pero no lo es. El dinero en sí no sirve para nada: hay que cambiarlo. Las necesidades pueden adoptar la forma de recursos, pero no lo son.
N 5.1.27 Una necesidad no es motivable. Motivar es crear una oportunidad de satisfacer una necesidad importante de la forma que le interesa al motivador. Agentes “motivadores” externos no conseguirán nada a largo plazo si no satisfacen o van en la dirección de una auténtica necesidad del individuo, para ello deben tener la habilidad de detectar auténticas necesidades del otro y saber manejarlas adecuadamente.