El ser humano es en esencia social por naturaleza. Todos dependemos de un modo u otro de los demás y siempre establecemos relaciones asimétricas de dependencia. Es inevitable que de esas interacciones surjan alianzas estratégicas con el fin de aunar sinergias para alcanzar objetivos comunes, pero todo ello tiene un precio.
Las alianzas estratégicas son inevitables desde el punto de vista de la teoría de la dinámica y estrategia interpersonal. Podríamos hacer un inventario de nuestras alianzas y nos sorprenderíamos de la cantidad de círculos a los que pertenecemos, pero no vale la pena el ejercicio intelectual. Lo que sí es realmente importante es tener claros cuáles son los costes de nuestras alianzas, así como sus implicaciones.
En esta entrada analizamos el fenómeno de las alianzas estratégicas en sentido amplio. Todo lo aquí expuesto es una ampliación del apartado sobre las alianzas de este mismo sitio y es aplicable a cualquier contexto estratégico. Al final de este artículo proponemos un guion de repaso por los diferentes aspectos que determinan la naturaleza de las alianzas. Será un ejercicio de toma de conciencia que podemos aplicar a cualquier contexto personal o profesional, pero antes vamos a enredarnos un poco con los fundamentos.
Antes de ofrecer el guion vamos a reflexionar de forma sintética a cerca de los costes de las alianzas. La alianza muchas veces favorece la sinergia y multiplica el valor de la suma de los recursos, pero otras veces lleva a todo lo contrario. Vamos a obviar por el momento sus indiscutibles ventajas y centrémonos ahora en sus aspectos más gravosos.
Para qué sirve todo esto
Sirve como guion de análisis de las alianzas, en el terreno de lo organizacional, lo político, lo psicológico o en cualquier ámbito en el que grupos de personas necesiten unirse para lograr un objetivo. Dado que esta circunstancia es tan frecuente, su uso es múltiple. En realidad pasamos los días construyendo y rompiendo alianzas. Esto es algo que más que natural es inevitable, dado que somos seres relacionales y todos dependemos de un modo u otro de los demás.
Cómo se usa todo esto
Cuando pensamos en alguna realidad que tenemos presente lo hacemos desde nuestros patrones y esquemas preconcebidos. Eso nos lleva a visiones personales, pero necesariamente parciales. Esta lista de ideas supone una herramienta auxiliar para chequear aquello que nos interesa, con objeto de comprender mejor qué estamos haciendo y qué vamos a hacer.
Alianzas estratégicas. Costes y cargas.
Repasamos brevemente qué cargas nos suponen las alianzas estratégicas.
- Implica un posicionamiento. Es un hecho claro que la alianza nos obliga a definirnos y a posicionarnos, lo cual está bien mientras todo va bien, pero cuando las cosas se complican o la alianza que nos daba cobijo desaparece, entonces pueden surgir problemas que hay que tener previstos o, al menos, imaginados.
- Trae consigo relaciones circunstanciales. Toda alianza supone la elección libre de una relación con otras personas u organizaciones. El problema es que toda relación libre conlleva otras relaciones colaterales circunstanciales que quizá supongan una importante carga. Las relaciones libres se buscan, las circunstanciales se encuentran, tengámoslo en cuenta.
- Compromete nuestra intimidad organizacional. El proceso natural de interacción de la alianza nos exigirá colaboración, lo que suele suponer la necesidad de compartir información y revelaciones que en determinado momento pueden ser usadas en otros contextos en los que no nos interese que aparezcan.
- Cierran puertas de cara al futuro. Las alianzas estratégicas, por estos mismos motivos, restringen de algún modo el establecimiento de futuras alianzas. Salvo en campos artificiales como el de la política, en el que las alianzas vienen y van sin pudor, en la vida real, ese vaivén está muy limitado y una vez alguien pertenece a un grupo es posible que no pueda ya integrarse en otro.
- Pueden implicar nuestra transformación. Al montante de los costes hay que añadir el precio de hasta qué punto estamos dispuestos a aceptar la transformación cualitativa que nos marca el grupo. Es posible que ese sea precisamente el objetivo, pero quizá no. Probablemente el objetivo sea un fin que nada tiene que ver con el disfraz que nos van a obligar a llevar. Por lo tanto, habrá que pensar cómo nos implicamos y de qué forma nos transformamos.
- Pueden convertirnos en un mero recurso. Otro coste importante de las relaciones estratégicas que tiene mucha relación con todo lo anterior es el hecho de que muy probablemente, como miembros más o menos anónimos de un grupo, acabaremos siendo un recurso del líder, que nos valorará “al peso”, en función de la cantidad de personas que como nosotros le sigamos: 10, 100, 1000, cuantas más mejor. La unión hace la fuerza y como el carácter de la alianza es una extensión del carácter del líder nosotros formaremos parte de su fuerza. Si ese es nuestro papel elegido, bien, pero si pretendemos ser algo más, entonces habrá que valorar si nos interesa ser valorados como un número que solo sirve para crear masa.
- Perdemos el control de nuestros principios. Por último, nos podemos encontrar con efectos colaterales que vendrán de la máxima “los enemigos de mis amigos son mis enemigos”. Si esto es así, habrá que controlar muy bien en qué problemas se enredan mis amigos y qué amigos me busco, porque me puedo encontrar envuelto en un buen número de conflictos sin haberlos buscado.
La maniobra de crear alianzas estratégicas es arriesgada, puede proporcionar unas ventajas importantes, en tanto que el efecto sinergia multiplica la fuerza de los integrantes, pero puede generar problemas futuros que siempre hay que sopesar. De forma ordinaria todos nos aliamos en nuestra vida para lograr fines nada especiales, pero hacerlo en un ambiente complejo, con fines estratégicos y, además, con un plan que se cruza con los intereses divergentes de otros, requiere de ciertas precauciones.
Alianzas estratégicas. Guion para su análisis en profundidad
Con este guion, basado en las propiedades de las alianzas, publicado en este mismo sitio, tomamos conciencia de aspectos clave de la naturaleza de la alianza que pretendemos formar, o que ya hemos configurado, o que queremos desconfigurar, porque queremos combatir.
- Una alianza es una relación pactada más o menos explícitamente que tiene como referente a un tercero que le da sentido. ¿Quién o qué es el tercero? ¿Justifica la alianza? ¿Justifica el coste? ¿Podemos agravar/simplificar sus costes?
- Puede tener efectos adversos. ¿Cuáles son? ¿Cómo afecta a terceros? ¿Y al futuro? ¿Por qué? ¿Hay alternativas?
- Es un camino de difícil vuelta atrás que determina el futuro. ¿Cómo lo determina? ¿Hasta qué punto lo hace?
- La alianza favorece la sinergia. ¿Es necesaria? ¿Potencia los extremismos? ¿Qué pasa con el estatus de los líderes? Si esa sinergia es tan necesaria, ¿estoy batallando en el campo equivocado?
- Se le aplican todas las propiedades de la asimetría y reciprocidad. ¿Cómo se distribuyen los roles en la alianza? ¿De qué variables principales dependen las asimetrías?
- Transforman cualitativamente a las partes. ¿Hasta qué punto el carácter de la alianza refleja el carácter del líder? ¿Cómo cambian las personas fuera de la alianza? ¿Podemos detectar hipocresía?
- La suma de los recursos de las partes no incrementa el poder de una forma progresiva lineal e, incluso, es contraproducente. ¿Cuál es el recurso principal? ¿Hay diversidad de recursos? ¿A la larga se anulan? ¿Son siempre sostenibles en el tiempo los recursos necesarios? ¿Genera efectos adversos su aplicación exagerada?
- Toda alianza acarrea cargas. ¿Cuáles? ¿Qué relaciones circunstanciales conlleva? ¿De qué modo las partes hipotecan su futuro? ¿Cómo? ¿Habría alternativa antes de llegar ahí?
- A la larga la parte más beneficiada de la alianza es la más fuerte. ¿De qué forma obtiene más beneficio la parte más fuerte? ¿Por qué? Cuándo la parte más fuerte no necesite más a la más débil, ¿qué futuro le espera a la débil?
- Las alianzas estratégicas son más o menos previsibles. ¿Se puede impedir la agregación de nuevos miembros? ¿Qué otras alianzas son factibles? ¿Podemos impedir su formación? ¿Podemos provocar una alianza autodestructiva entre partes molestas para nuestros intereses?
- Si cuentan con la fuerza de la masa tienen un recurso poderoso. ¿Este es el caso? ¿Qué efecto tiene el carácter del líder en la masa? ¿Es una masa emocional, o gregaria y mansa? ¿Es una masa de fácil manipulación? ¿Es una masa fiable, disponible y real o, por el contrario, es esporádica y circunstancial?
- La alianza forma una homeóstasis estable que puede romperse por nuevas incorporaciones. ¿Puede un nuevo elemento desvirtuar la alianza? ¿Podemos utilizar este hecho de forma estratégica? ¿Puede darse el fenómeno inverso y deshacerse la alianza si sale de ella determinado miembro clave? ¿Podemos hacer algo al respecto?
- Cuando varios miembros dejan de formar parte de la alianza es factible que se unan en una alianza hostil a la primera. ¿Qué se llevan con ellos? ¿Qué recursos tienen? ¿Representan una amenaza? ¿Qué los agravió tanto?
Utiliza el guion según tus intereses. Vuelve a él cuando pienses que lo vas a necesitar, bien sea para fortalecer, para debilitar, para construir o para destruir alianzas. La realidad es compleja y no siempre se adapta a nuestros intereses. En tal caso, siempre está en nuestra mano hacer que se adapte.
Muchos de estos aspectos están sacados de la práctica en la dirección organizacional, también de la política y sus aspectos más pragmáticos, pero cualquier punto de los expuestos se puede aplicar a cualquier ámbito en el que un grupo se una para formar una alianza estratégica.