I 7.1 En las fases en las que las partes se separan físicamente no existe interacción. En ese momento se inicia un período muy subjetivo de elaboración psicológica de los mensajes intercambiados y de los que se va a emitir en el futuro. En esta fase en la que no hay interacción, las partes ensayan mentalmente escenas vividas o por vivir con el otro, junto con gestos, diálogos, actitudes, estrategias y demás elementos que recrean o anticipan el encuentro interpersonal. Todo este trabajo mental no tiene más utilidad que la de asimilar lo sucedido y de preparar a las partes para el siguiente reencuentro. Pero, a pesar de su indudable utilidad, a esta elaboración mental le falta una variable primordial: el efecto emocional de la presencia física del otro. Después, cuando tenemos efectivamente al otro delante, podemos ser mejores o peores de lo ensayado mentalmente, pero raramente somos iguales. Además, en nuestros ensayos mentales participa siempre un oponente teórico imaginado, idealizado, que dista mucho del otro real con el que nos encontraremos de verdad. A esto se une que nuestras capacidades y resortes emocionales también solemos tenerlos bastante idealizados y racionalizados. Nadie se conoce de verdad y pocos saben predecirse con precisión. Por otro lado, el contexto y la forma en que se nos presenta el otro vienen a enmarcar las condiciones en las que se deberá desarrollar la interacción. Estas circunstancias siempre son únicas y nunca completamente predecibles.
En cualquier caso, entre lo que habíamos imaginado y lo que hacemos de verdad suele haber una buena diferencia.
I 7.2 Después de la fase de contacto siempre se da un trabajo importante a tres niveles:
Cognitivo
En esta fase se revive el hecho relacional reciente a nivel de imágenes y de pensamientos que pueden llegar a ser más o menos recurrentes. Es una fase muy poco rica en cuanto a su aporte de ideas y en la que se suele revivir el hecho pasado y se suele avanzar muy poco sobre la estrategia que se piensa que se debe seguir. Toda decisión que no se toma en caliente no suele ser muy relevante. En esta fase se recrea mucho el hecho vivido desde la perspectiva de la autojustificación y se distorsionan los recuerdos para que la propia postura no sufra daños.
A un nivel muy elemental se decide cómo se debe modificar el rumbo para alinearlo con la necesidad que se quiere cubrir o proteger con la interacción con el otro. Para ello se le dan vueltas y vueltas a una o a lo sumo dos ideas que se recrean y se simulan en el pensamiento. El trabajo cognitivo prolongado no es más que la prolongación de las vueltas que se le dan a la misma idea.
Es fácil en esta fase que se simulen futuras interacciones y se avancen jugadas con provisión de respuestas. En este sentido, es necesario tener en cuenta la tendencia frecuente a imaginar al otro en sentido absoluto y sin tener en cuenta el contexto. Además, en estos contextos suele haber terceros que siempre matizan y condicionan las interacciones. También en esta fase se suele valorar de forma irreal los propios recursos, por exceso o por defecto. Esta es la fase en la que se piensa sobre el pasado y el futuro.
Fisiológico
A este nivel bien poco puede hacerse de forma intencionada porque la huella emocional va a persistir bastante tiempo y va a afectarnos de forma autónoma hasta que se desvanezca por completo en un período que dependerá de cada persona. Mientras dure este sentimiento emocional, toda la actividad cognitiva estará determinada y condicionada por esta sensación. Del mismo modo, el espacio psicológico se estrechará y encogerá tanto como intensa sea la huella emocional, sobre todo si lo es en sentido negativo. En este caso, el problema consumirá importantes recursos psicológicos que reducirán el mundo mental al problema en cuestión y a unas pocas cuestiones de las que nos ocuparemos, pero tendiendo el problema principal en segundo plano, siempre latente y presente.
Las personas inestables se ven muy afectadas por un intenso bombardeo de sensaciones fisiológicas negativas después de sus intercambios desagradables. Estas sensaciones tienen una duración determinada que se puede predecir atendiendo a episodios pasados, pero nunca se pueden anular o eliminar. Esta es la fase en la que se siente y se revive la emoción de lo sucedido.
Conductual
A este nivel se llevan a cabo tareas preparatorias tales como buscar información, hablar con terceros y aliados, preparar acciones, etc. Es la fase en la que se trabaja por preparar el próximo encuentro haciendo cosas y actuado. Es la fase de la estrategia y la inteligencia, de la planificación y de la prevención.