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Modelo de planificación estratégica paso a paso

Modelo de planificación estratégica

Pasamos la vida planificando. Nuestro pensamiento se basa en la elaboración de planes y en el reconocimiento de patrones. En este post te presento paso a paso el modelo de planificación estratégica. Este modelo es aplicable a una amplia diversidad de situaciones y circunstancias en las que necesitamos pararnos a pensar a cerca de cuál es la mejor opción a la hora de proceder.

El modelo permite diseñar los pasos a seguir y, al mismo tiempo, permite reflexionar acerca de las implicaciones que va a tener todo lo que se está haciendo.

Si te interesa la planificación también puedes profundizar en los fundamentos del modelo de planificación estratégica en este mismo sitio.

¿Para qué se utiliza el modelo de planificación estratégica?

El modelo resulta útil para todas aquellas situaciones complicadas en las que necesitamos pararnos a reflexionar por alguna de las siguientes razones:

¿Cuáles son los aspectos más destacables de este modelo de planificación estratégica?

Este modelo de planificación estratégica está pensado para la práctica. Es una herramienta que nació de la realidad de la planificación en ámbitos sociales, terapéuticos y empresariales. Con el tiempo se ha perfeccionado prescindiendo de aspectos que aportaban poco valor y ampliándolo con otros que le confieren una enorme utilidad.

¿Cuáles son sus pasos principales?

El modelo de planificación estratégica no da mayor protagonismo a un punto más que a otro. Tampoco sigue un orden secuencial con un paso primero y un paso final. Al contrario. El modelo refleja la realidad desde cinco perspectivas.

La perspectiva primera de trabajo que decidamos abordar debe ser la que nos resulte en principio más sencilla, o más agradable de entre los siguientes elementos:

Aquí, en principio, vamos a seguir un esquema en el que vamos a definir primero el objetivo del plan, pero lo repito una vez más, a nivel intuitivo, el planteamiento de objetivos NO es siempre el paso primero.

QQ Qué quiero

Debo definir mi objetivo o mi meta. Es importante la diferencia. Un objetivo es algo definido y, en principio, es algo que se debería poder medir y valorar. Una meta es algo más difuso. Podríamos considerarlo como un norte hacia el que apunta toda nuestra estrategia. Por ejemplo: desgastar la imagen de una opción política rival es una meta, pero poder demostrar que determinado político es corrupto es un objetivo.

El objetivo se inscribe en una estrategia que apunta a una meta.

Tanto los objetivos como las metas deben concretarse todo lo que se pueda. Es un hecho que muchas personas apuntan a una meta tan implícita que son incapaces de razonar por qué hacen lo que hacen. Cuando se les pregunta suelen inventar teorías justificativas más o menos afortunadas, pero ni ellos mismos saben lo que quieren con claridad. Clarificar metas es muchas veces todo un reto en sí.

Con los objetivos pasa igual. Muchos objetivos están tan poco definidos que es complicado saber si lo estamos haciendo bien.

También es importante y de una gran ayuda hacer explícito qué es lo que no queremos. Muchas veces queremos alcanzar determinadas situaciones solo por el hecho de huir de la circunstancia presente. En esos casos lo que NO queremos nos impulsa a escapar, aunque lo que se supone que queremos, en el fondo, no nos atraiga realmente.

QN Qué necesidades cubro

Querer y necesitar aparentemente son lo mismo, pero en este caso suponen algo muy diferente.

Puede ser que piense que quiero un objeto, pero el objeto no lo quiero por su función, sino por la necesidad real que cubre. Es el caso de un cuando queremos una propiedad que funcionalmente no nos hace falta, pero cubre una necesidad muy importante para nosotros, como es la de poder aparentar ante los demás. Del mismo modo, yo puedo querer que me trate determinado psicoanalista, con ello cubro la necesidad de alargar indefinidamente mi tratamiento y puedo evitar con mi rol de enfermo situaciones de la vida diaria.

Para detectar tus necesidades puedes consultar este mismo sitio, y puedes servirte de este guion para descubrir tus tipos de necesidades personales, o este otro guion descargable para inventariar las características de las necesidades personales.

Si quieres indagar en los verdaderos motivos de cualquier conducta puedes emplear lo que en psicología llaman las preguntas de escalada. Veamos un ejemplo aplicado al modelo de planificación estratégica:

– ¿Por qué es tan importante para ti comprar esa casa?
– Porque la necesito.
– ¿Por qué la necesitas?
– Porque es muy importante para mí vivir ahí.
– ¿Por qué es tan importante?
– Porque creo que es una especie de trofeo.
– ¿Para qué necesitas ese trofeo?
– Para demostrar a mi familia que soy un triunfador.
– ¿Por qué es tan importante dejarle claro a tu familia que has triunfador?
– Porque creo que nunca me han valorado.
– ¿Por qué piensas eso?
– …

Conversaciones como la anterior derivan en terrenos siempre desconocidos. Se requiere una enorme confianza para hablar con alguien con esta profundidad tan abierta, y no sirve cualquier contexto. Obviamente la conversación debe discurrir en el contexto de un diálogo lo más natural posible para no parecerse a un interrogatorio intimidatorio.

QI Qué implica

Lograr un objetivo supone siempre algo más que ese objetivo. Las situaciones cambian y los escenarios se modifican, para bien, porque el objetivo es buscado, pero también muchas veces para mal, porque no hemos valorado los efectos colaterales.

Con nuestro modelo de planificación estratégica debemos analizar qué implica la situación ideal que nos estamos imaginando a todos los niveles.

Ejemplos:

Debemos analizar el coste que supone alcanzar nuestros ideales, así como los cambios derivados de la nueva situación. Resulta curioso cómo las personas obvian este punto tan importante. Normalmente pensamos en estas cosas, pero de un modo parcial y protegiendo nuestra decisión sin grandes reflexiones que la pongan en peligro.

Es una muy buena idea dedicar tiempo a plantear el escenario maravilloso en que se ha conseguido el objetivo y trazar todas sus implicaciones. Los ángulos de análisis deben ser múltiples y diferentes: profesional, social, familiar, económico, relacionado con mis creencias y valores, práctico del día a día (nuevas obligaciones), cambio de rol, conflicto de rol, ambigüedad de rol, coste en recursos, pérdida de privilegios actuales…

En todo momento debemos tener en cuenta los pros, contras, limitaciones personales, apetencias y aversiones, sobre todo cuando se trata de decisiones tan trascendentales como elegir pareja o abandonar un empleo. Las implicaciones que tiene convivir con una persona son impredecibles y casi siempre obviadas y poco mensuradas.

QT Qué tenemos

Tenemos siempre muchas cosas, algunas de las cuales no somos conscientes. Es el caso de recursos personales importantes, como nuestro valor, nuestra inteligencia o nuestra paciencia. Al mismo tiempo tenemos importantes carencias personales, como nuestras inseguridades, nuestra temeridad o nuestros sesgos cognitivos. Debemos valorarlo todo: lo bueno y lo malo.

Cualquier modelo de planificación estratégica debe centrarse en el entorno también, porque no estamos solos en la nada. Nos rodean factores sociales que nos influyen más de lo que pensamos. Debemos pensar en los otros, en el presente, en el futuro.

Es importante conocer bien dónde estamos para saber si lo que queremos es ir a un sitio o más bien queremos escapar de un sitio.

Debemos valorar nuestros recursos materiales. Debemos pensar también en las contingencias adversas que pongan en riesgo nuestros recursos.

Es muy importante valorar nuestras relaciones de dependencia y el modo en que nuestra asimetría en las interacciones está comprometida en determinadas relaciones.

Un factor clave si se trata de situaciones interpersonales es valorar el estado de ánimo de las partes y las posibles derivadas si las cosas se complican. Estamos haciendo un análisis muy racional, pero no debemos olvidar la parte emocional que nos hace humanos y lo complica todo.

Podemos ser más tradicionales y, si disponemos de tiempo, podemos hacer un análisis DAFO para tomar conciencia de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.

En definitiva, es vital conocer bien el terreno del que partimos. Hemos analizado ya la situación ideal perseguida, hemos definido el objetivo y hemos visto qué implicaría conseguirlo. Es importante también saber de dónde partimos para no equivocarnos.

QH Qué hacemos

Pero no solo es importante preguntarnos qué hacemos, sino también qué hemos estado haciendo hasta ahora. Siempre se han hecho cosas con anterioridad. Es importante tenerlas en cuenta y valorar el pasado para no caer en una estrategia de más de lo mismo y repetir nuestros errores. Tampoco podemos repetir estrategias que en el pasado resultaron exitosas pero que pertenecen a otro contexto.

Hay que tener en cuenta que muchas veces no hacer nada es en sí una estrategia. En todo caso, el peor escenario posible es no tener estrategia alguna. Por lo tanto, hay que saber distinguir entre estos dos extremos ante la propia actitud pasiva y tomar conciencia de ello.

Valora el tipo de estrategia que tienes en mente y búscale alternativa entre otras posibles estrategias y acciones. Si después de perderte entre los cuadros que te ofrezco (en el enlace anterior) crees que estás en el buen camino: adelante. De todos modos, pierde tiempo analizando estas cosas porque un buen estratega es aquel que deja poco a la improvisación y prepara bien la jugada de antemano.

Considera si tus movimientos estratégicos son simples o se integran en una estrategia más compleja. Si es así valora la relación a largo plazo y plantéate objetivos realistas.

Considera siempre el factor tiempo y valora si juega a favor o en contra de su posición, porque el tiempo siempre es un enemigo o un aliado, por lo tanto hay que tenerlo en cuenta. Un buen estratega sabe manejar bien los tiempos.

¿Cuál es el último paso?

Si ya has pasado por los cinco factores y tienes claro qué has pensado sobre cada uno de ellos, es momento para preguntarte qué factor está sobredimensionado. Así como qué factor está infravalorado o ignorado. Estudia el modo de dar importancia a esos factores que están ahí, pero no queremos darles importancia. Piensa también por qué te estancas en algún factor concreto, porque eso no es bueno.

Piensa que siempre existe una discrepancia en el modo en que nosotros percibimos la situación y la forma en que la percibe otra persona. Piensa si no estarás exagerando o infravalorando algún aspecto que sí, o no, ve la otra persona. Si esta persona nos pide ayuda este esquema supondrá una gran herramienta para ayudarle a tomar conciencia de su estrategia.

Piensa que los cinco factores del modelo de planificación estratégica se influyen y se determinan, por lo tanto, estudia el conjunto y ten en mente el mapa mental del problema con los cinco factores siempre presentes.

¿Puedo emplearlo en cualquier ámbito?

¡Ya lo estás haciendo! Toma conciencia de lo que haces y sácale partido porque esa es nuestra forma natural de planificar. En nuestras relaciones interpersonales todos somos estratégicos, nos guste o no. Llámese modelo de planificación estratégica o forma personal de proceder, el caso es que todos, de un modo u otro, planificamos siguiendo nuestro propio estilo.

Las acciones secuenciales no existen en la realidad. En la vida real vamos y venimos sobre nuestros deseos, pasando por nuestros miedos, obviando nuestras carencias, sobredimensionando las metas, ignorando los efectos colaterales de nuestras estrategias y, solo cuando ya hemos obrado, entonces justificamos los planes retroactivamente una vez se han llevado a cabo. En eso consiste el pensamiento humano.

Las hermosas secuencias de presentaciones académicas y teóricas son eso: teóricas. La realidad humana es mucho más emocionante.

¿Es esta una buena forma de toma de decisiones?

Si, y no. Todo depende del contexto.

El modelo de planificación estratégica es una buena forma de planificar, pero estos sistemas basados en la atenta valoración solo son útiles para problemas que no se desarrollan en tiempo real. En la vida ordinaria y en tiempo real no hay tiempo para planificaciones, porque las decisiones las tomamos de otro modo. Ni este ni ningún modelo te van a ayudar a tomar una decisión de un segundo.

No es lo mismo valorar una decisión vital a cerca de si comprar algo, estudiar algo, aliarme con alguien, formar pareja con determinada persona, etc., que actuar ante un accidente, en un incendio, o en medio de una batalla cuando el tiempo es un auténtico enemigo porque todo depende de segundos.

Cada herramienta tiene su utilidad en su ámbito, y el ámbito de la planificación estratégica (de este modelo y de cualquier otro) es el de la toma de decisiones con relativo tiempo, y siempre tras un trabajo de valoración de la situación.

Te animo a probar el modelo de planificación estratégica y a que me hables sobre tus experiencias con él.

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