Los problemas de comunicación son habituales en el contexto de cualquier interacción social. La forma de abordarlos comienza por tener una idea clara del modo en que los cinco niveles de la interacción influyen en el origen de los desencuentros.
A todos nos ha sucedido alguna vez la experiencia de emitir mensajes que se han malinterpretado o se han valorado como fuera de contexto. Muchas veces las cosas que decimos se entienden en el sentido opuesto a su intención. Esto pasa entre los interlocutores más inteligentes y siempre es buen momento para preguntarse cómo puede suceder esto, así como la forma de evitarlo.
La respuesta a estas situaciones tan cotidianas está en la confusión entre los diferentes niveles de interacción en la comunicación. Hemos dedicado un artículo específico a la comunicación efectiva y sus errores, y entonces vimos lo fácil que es que nuestros mensajes se malinterpreten. Para demostrarlo señalábamos las combinaciones de errores más habituales. En este artículo nos centraremos más en la descripción de los niveles propiamente dichos.
Todos, de un modo u otro nos comunicamos haciendo un análisis multidimensional de la interacción intuitivo. Es hora de hacer explícitas esas intuiciones y de desarrollar los diferentes niveles y sus implicaciones.
En definitiva, dado que muchos problemas de comunicación y muchos intentos frustrados de ser entendido se explican por la ignorancia de la importancia de estos niveles, vamos a simplificarlos en una exposición divulgativa.
¿Cuáles son los 5 niveles de la interacción social?
En cualquier interacción social podemos observar la existencia de 5 niveles que dan cuenta de la naturaleza particular de cada interacción concreta. Esos niveles abarcan desde lo más puntual y tangible, que es el lenguaje simbólico (lo que decimos), hasta lo más general y especulativo, que es el marco de las necesidades que nos mueven y que intuimos en el otro.
De este modo se crea una estructura ascendente dispuesta en niveles, de modo que cualquier nivel superior da sentido y contexto a los niveles inferiores. Este aspecto es el más importante: los niveles más superiores condicionan, limitan y dan sentido a los niveles inferiores. Por lo tanto, no podemos entender los niveles inferiores sin tener una visión clara de los niveles superiores que los envuelven. Esta idea es MUY importante.
Interacción social. Nivel 1
En este primer nivel nos fijamos en lo que se transmite, en su contenido y en su forma. Situamos en él los tres tipos posibles de comunicación humana que existen: la comunicación que usa el lenguaje simbólico, la comunicación no verbal, que la mayoría de las veces es involuntaria, y la forma en que nos comunicamos con nuestros hechos.
- En cuanto al uso del lenguaje, independientemente de que sea oral o escrito, no existe duda de que hablamos de aspectos por todos conocidos tales como los contenidos concretos que se transmiten, la forma del discurso, su complejidad o simpleza, las construcciones empleadas, las paradojas y falacias que encierra, la forma y acierto con que el registro se adapta a la situación, etc. Son todos ellos elementos que todos manejamos con más o menos soltura.
- En cuanto a la comunicación no verbal, cabe apuntar que muchas veces escapa a nuestro control y que matiza el lenguaje expresado directamente por cualquier código, lo complementa, lo refuerza y, en muchas ocasiones, lo invalida enviando mensajes contradictorios que denotan nuestra falta de coherencia con lo expresado. La comunicación no verbal es muy variada y compleja, hablamos de: contacto ocular, expresión facial, movimientos de la cabeza, cinésica, postura, proxémica, contacto corporal, aspecto físico, cronémica, paralingüstica, etc.
- Por lo que respecta a los hechos, ya hemos visto con anterioridad que las personas actúan muchas veces con la única intención de transmitir actitudes y posturas. Los hechos, en estos casos pueden ser en sí irrelevantes como hechos, pero no como actos comunicativos.
Interacción social. Nivel 2
En el segundo nivel nos centramos en el modo del mensaje y para ello contamos con dos grandes matizadores:
- La definición, entendida como la forma en que las partes asignan unilateralmente los roles de la relación. La definición determina el papel que debe representar cada cual en la interacción. Por ejemplo, una persona dominante puede imponer su definición de la relación siguiendo el formato de “yo hablo y tú aprendes”, o una persona ingeniosa puede imponer su definición como “yo digo cosas graciosas y tú me las ríes”. Todo esto se hace de un modo implícito y automático. La imposición de la definición es el punto de partida para la manipulación y para la dominación del otro, y se hace de un modo tan automático que pasa inadvertido para las partes.
- La clave, que es el disfraz o la máscara de la comunicación. Supondría la forma y apariencia que toma el mensaje. Puede ser en clave de humor, en clave de amenaza, en clave irónica, etc. No es lo mismo que yo te riña violentamente dando puñetazos en la mesa, a que lo haga en tono de humor y con retintín. Las palabras son las mismas, pero el sentido cambia con esta clave. También es implícita y automática. La clave de un discurso puede cambiar todo su sentido sin variar ni una sola palabra.
Interacción social. Nivel 3
En toda interacción social debemos buscar en el otro los dos elementos intencionales:
- El fin a corto o medio plazo.
- La estrategia que le da sentido.
Entran en este apartado aspectos tales como: qué se está haciendo y para qué, hipótesis de las partes a cerca de lo que quiere el otro, de la imagen que queremos mostrar, o de qué mensajes tienen que devolverse.
A la larga, los mensajes se transmiten para algo, y ese algo es el fin que queremos conseguir: agasajar, molestar, adular, mandar, etc. Todo ello en una estrategia que defiende nuestros intereses.
Interacción social. Nivel 4
- Este nivel explica cómo está el escenario. La relación previa determina el modo que adopta la relación actual, del mismo modo que la valoración de la relación que se desea para el futuro está condicionando el margen de maniobra de las partes. Un ejemplo lo explica con claridad: las relaciones de pareja tienen su historia, por lo que el análisis de un momento concreto de su interacción hay que entenderlo conociendo el modo en que las partes han obrado en el pasado, así como los aprendizajes que han extraído de ello. Si alguien ve discutir a una pareja no acaba de entender bien qué está pasando si no conoce su historia.
- El grado de dependencia de las partes y la forma de su asimetría va a marcar de un modo determinante la manera en que se van a intercambiar los mensajes. Por grado de dependencia entendemos el modo jerárquico en que se estructura su relación, y por asimetría entendemos lo grande que es esa dependencia. Una relación muy asimétrica hace que una de las partes tenga mucha ascendencia sobre la otra.
- El contexto de la interacción es ese momento particular que hace de ese intercambio algo especial. El contexto específico de una interacción concreta explica, por ejemplo, el humor de las partes y las formas empleadas. Nada pasa en el vacío y el contexto es determinante.
- El contexto vital de las partes supone tener en cuenta que los miembros están sometidos a un ambiente sociocultural que los condiciona. El contexto vital es la circunstancia macro permanente en la que se desenvuelve la relación. Por ejemplo, no se entiende la misma interacción en un contexto europeo que en una zona rural afgana, por poner un ejemplo extremo.
Interacción social. Nivel 5
El nivel de las necesidades primordiales es el auténtico norte hacia el que se alinean todos los movimientos y planes a largo plazo de cualquier persona. Todos tenemos nuestras necesidades, aunque muchas veces nosotros mismos las desconocemos a fondo.
Si no se intuyen las necesidades del otro en el análisis de la interacción nunca la acabaremos de comprender su conducta.
Hay que tener en cuenta al respecto que lo que entendemos por las necesidades del otro es una hipótesis, porque no podemos acceder a la verdad de las necesidades de nadie. Por lo tanto, dependiendo de lo buenos (o malos) que seamos elaborando este tipo de hipótesis o modelos, se ampliarán o reducirán nuestras capacidades para predecir y entender la conducta de los demás.
Los errores entre niveles y sus consecuencias
Una vez visto el esquema de los cinco niveles, así como la forma en que se contienen unos a otros, es evidente que de ello se desprende que el margen de error entre niveles es muy grande, dada la gran cantidad de variables que intervienen en la interacción. Por ello vemos a diario tantos problemas de comunicación entre personas que aparentemente no se entienden. Un análisis profundo y práctico de estos errores lo puedes encontrar en la comunicación efectiva y sus errores, en este mismo sitio.
Interacción entre niveles
Partiendo de esta división, vemos que el análisis parcial de los niveles inferiores no tiene sentido si no se estudian teniendo en cuenta los niveles superiores que los contextualizan. Las necesidades particulares e íntimas (nivel 5) determinan los fines puntuales y concretos. El contexto en el que nos desenvolvemos (nivel 4) marca el sentido de la estrategia que empleamos (nivel 3). La estrategia marca el sentido de la definición de la comunicación (nivel 2). La definición determina lo que se acaba transmitiendo con el lenguaje simbólico (nivel 1), o con nuestros gestos y nuestro lenguaje corporal.
Estudiar la comunicación (nivel 1) sin tener en cuenta los niveles superiores lleva a interpretar mal el sentido de los intercambios sociales. Cuando un observador ajeno presencia una interacción entre otros dos interlocutores, nunca puede entender completamente lo que está presenciando si no conoce los elementos de los niveles superiores que determinan las formas y contenidos de la transmisión de la información. Por lo tanto, si este observador se queda en el análisis de actitudes del momento y en el efecto de las palabras empleadas, se podrá formar una opinión totalmente equivocada de la auténtica realidad que intenta comprender.
Como ejemplo podemos volver a la situación de las discusiones de pareja, en las que una persona ajena a la relación no entiende cómo se puede llegar a ese extremo, ni puede comprender por qué las partes se comportan y se hablan así. Un aspecto incomprensible cuando contemplamos escenas de violencia verbal entre parejas es por qué se mantiene la relación. En estos casos si estudiásemos los diferentes niveles de la interacción entenderíamos el mecanismo que mantiene la relación.
Son muchos los ejemplos que podríamos poner. Cualquiera que ha aconsejado o ha asesorado a alguien sabe que desde fuera todo parece fácil de cambiar, pero en la práctica pocas cosas cambian por sí solas. Es importante entrar en todos los niveles para comprender la auténtica dimensión de los problemas de la interacción. Solo entonces podemos intervenir con garantías de éxito.
¿Cómo puedo emplear todo esto?
La interacción social es mucho más que comunicación y este esquema aquí presentado va en la línea de elaborar un mapa conceptual de todo aquello que interviene y que determina cuanto sucede en la interacción humana.
El modo de aplicar el modelo es elaborando el mapa mental de la interacción. La forma de hacerlo es intentando hacer un retrato de la interacción imaginando cada nivel y el modo en que los niveles superiores condicionan a los inferiores. Este mismo artículo puede servir como guía para elaborar un listado de aspectos a tener en cuenta en la representación del mapa mental de la interacción.
Cualquier psicólogo comienza su trabajo entendiendo estos mapas de interacción, así como todos los factores que los condicionan.
¿Para qué sirve todo esto?
Este análisis de niveles de interacción social ha demostrado ser una herramienta útil en contextos de asesoría, psicoterapia, coaching, planificación estratégica y, en definitiva, cualquier consultoría formal o informal que pretenda entender qué esta pasando cuando personas inteligentes no logran entenderse.
En general todos manejamos modelos de la comunicación humana muy simplistas. Suelen ser modelos explicativos académicos para cubrir superficialmente el tema de la interacción humana. Los especialistas de la interacción deben ir más allá y entender el fenómeno en toda su complejidad y con todas sus posibilidades de intervención.
Conocer los fundamentos de la interacción es imprescindible para poder intervenir en el difícil contexto de las relaciones humanas.