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Dinámica y estrategia interpersonal

Dinámica y estrategia interpersonal

Qué es la teoría de la dinámica y la estrategia interpersonal

Es una teoría de las relaciones interpersonales orientada a la práctica que explica cómo funciona la interacción entre personas, así como los mecanismos de los problemas que surgen en el seno de las relaciones.

Se basa en conceptos como el de dependencia, alianza, conflicto, asimetrías en la interacción, y muchos otros que dan forma al complicado mundo de la interacción humana.

Si estás interesado podrás conocer la teoría con todo detalle siguiendo los enlaces que te dejo al final de este artículo.

Principios básicos de la teoría

Nuestra naturaleza se basa en las relaciones de dependencia

El ser humano es social por naturaleza y no puede entenderse sin los otros que le rodean. Cualquier animal es autónomo a los pocos días de nacer. Algunos, como las tortugas marinas, son autónomos nada más eclosionar del huevo, después lo siguen siendo toda su vida. Nosotros, en cambio, no somos autónomos en ningún momento de nuestro ciclo vital porque siempre dependemos de alguien para algo, y todo ello en un contexto que nos condiciona.

En nuestras sociedades modernas consumimos alimentos que nos proporcionan otros, vestimos ropa que confeccionan los demás, y vivimos en casas que han construido para nosotros. Alguien genera la energía que consumimos. Alguien trata el agua que bebemos y alguien se ocupa del agua que desechamos. Dependemos de todos para todo. Alguien nos enseña, alguien nos cura, alguien nos organiza, nos divierte o nos controla.

Nuestra esencia más profunda se basa en las relaciones de dependencia. Siempre somos dependientes de alguien para algo. En todos los contextos, ya sea en el trabajo, en la familia, entre amigos, o donde estemos, siempre dependemos de algún modo de los demás.

La unidad mínima de estudio es la relación

La sociedad es un sistema emergente organizado sobre la base de relaciones de dependencia. Es un sistema del que las personas somos sus componentes, pero la unidad mínima de estudio para lo que nos ocupa no es la persona. En el análisis del ser humano en toda su complejidad, la unidad mínima de estudio es la relación. Somos lo que somos en función de los demás y de las relaciones que establecemos.

La dinámica y la estrategia

Entendemos por dinámica interpersonal el modo en que las personas coexisten con las demás y la forma en que ello determina su funcionamiento psicológico y social. Hablamos de dinámica porque la conforman tres elementos que varían con el tiempo y porque estos factores se influencian los unos a los otros.

Estos tres componentes son dependientes siempre de nuestra situación y que se materializan en:

Las relaciones, los recursos y las necesidades constituyen la esencia de la dinámica de nuestra persona.

La estrategia interpersonal, por otro lado, analiza el estilo en que cualquiera de nosotros pone en marcha acciones y recursos para modificar el entorno en su beneficio. Los factores variables, constituyentes de la estrategia interpersonal, están en relación con nuestras habilidades, y se materializan en:

Las emociones lo condicionan todo

El ser humano es en esencia un constructor de realidades subjetivas. Cualquier persona, desde el momento en que está inmersa en un espacio compartido por sus otros significativos, desarrolla unos lazos de interacción que cada cual vive de una forma particular desde su subjetividad y que constituyen su forma de relacionarse con el mundo.

Dado que en el universo psicológico particular no existen los puntos de apoyo fijos desde los que poder situar una mirada objetiva para determinar cualquier tipo de verdad, nuestras percepciones se basan en teorías y concepciones determinantes de cuanto se va poder ver y observar.

Además de ello, nuestra naturaleza es doblemente subjetiva porque está influida por nuestra realidad emocional. Tanto los tres elementos de la dinámica (lo que tenemos), como los dos elementos de la estrategia (lo que hacemos) están condicionados por nuestro mundo emocional. Las emociones determinan nuestras relaciones, nos llevan a emplear o a abandonar determinados recursos, suscitan en nosotros necesidades específicas, nos fuerzan a interaccionar de un modo concreto, y condicionan nuestro comportamiento estratégico. Esto sucede de un modo cambiante, como cambiante es el estado emocional.

En una misma persona emociones diferentes dan lugar a comportamientos diferentes, y si no es así es porque esa persona sabe controlar sus emociones.

Somos pura estrategia

Cualquier movimiento que hacemos en el juego de las relaciones con los demás se hace de un modo y no de otro. Existe por tanto una forma de hacer las cosas que consideramos que es la mejor. Desde el momento en que somos capaces de elegir el modo de proceder, y suponemos que es el más apropiado, nos convertimos en estrategas. Nuestras estrategias son mejores o peores, pero siempre están ahí y siempre debemos tenerlas en cuenta como unidades elementales de estudio de nuestras relaciones humanas.

Muchas veces se confunde estrategia con manipulación o con una forma de proceder maliciosa e interesada. Es la acepción, llamémosla maquiavélica, del concepto. La idea de estrategias y acciones que aquí se maneja es muy diferente y tiene que ver con el estilo de proceder y de defender nuestras necesidades y nuestros intereses, siempre de forma natural, en situaciones ordinarias, y ante amigos y enemigos. La actitud estratégica no es necesariamente artera y pérfida. Al contrario. Según la teoría de la dinámica y estrategia interpersonal, un proceder estratégico es una forma de actuar orientado a metas con un estilo particular y unos procedimientos concretos.

Siempre hay opciones para influir en el entorno

La teoría de la dinámica y estrategia interpersonal parte de la importante suposición de que por muy complicada que sea la situación, siempre puede hacerse algo para cambiarla. Inmersos en nuestros problemas, la ceguera a las alternativas es un rasgo común a cualquier persona. Esto es así porque nuestra actividad mental funciona con patrones y guiones preestablecidos que se activan ante situaciones concretas. Pensar y deducir en cada momento qué hay que hacer y cómo hacerlo no sería adaptativo.

En cambio, nuestra naturaleza humana nos provee de la capacidad de aplicar protocolos de actuación que no sabemos que tenemos, pero que almacenamos en nuestra mente y determinan nuestra forma de vivir, de ser y de relacionarnos. Esta capacidad de reaccionar de inmediato es económica y muchas veces efectiva, pero otras veces se vuelve en nuestra contra y debemos superarla para esforzarnos en ver más allá y encontrar las salidas que siempre están presentes.

El secreto está en encontrar las variables para intervenir

La realidad relacional demuestra que nuestro éxito como estrategas depende de nuestra habilidad para encontrar variables sobre las que intervenir. Ese afán por encontrar los asideros sobre los que apoyarnos para empujar, o agarrarnos para estirar, supone el antídoto contra la visión unidimensional que nos lleva a mirar siempre igual para ver siempre lo mismo en cuanto a nuestra forma de interactuar.

Querámoslo o no, vivimos en un permanente juego de intereses divergentes en el que las necesidades se solapan y originan fricciones. Si no somos capaces de verlas venir y adoptamos un rol ingenuo, entonces “nos pasarán cosas”, pero si somos proactivos y aprendemos a mirar a nuestro alrededor, entonces “haremos que pasen cosas”. Entre una actitud y otra hay diferencias críticas frente a la forma de estar en el mundo. Según la teoría de la dinámica y estrategia interpersonal no hay formas buenas o malas de enfrentarse a la realidad, pero una actitud proactiva siempre es mejor que una reactiva.

La unidad mínima de estudio de la estrategia es el movimiento

Si la unidad mínima de estudio de la interacción es la relación, la unidad mínima de estudio de la estrategia es el movimiento. Los movimientos constituyen las diversas acciones compensatorias con las que pretendemos organizar o restablecer nuestro entorno ideal. Cada movimiento limita al siguiente y viene determinado por los movimientos previos. Relaciones y movimientos son los elementos básicos a modo de ladrillos que dan forma a nuestra naturaleza social. El estado de la dinámica y la estrategia interpersonal dependen la lo hábiles que seamos eligiendo nuestras estrategias y afinando de nuestros movimientos.

El poder interpersonal es un recurso, no un fin

La maraña de intereses divergentes que constituyen la sociedad no nos permite vivir sin relacionarnos. Si nos movemos con destreza en nuestro entorno incrementaremos nuestro poder personal, pero ese nunca es el objetivo. El fin último no es adquirir más poder, sino alcanzar nuestros deseos cubriendo nuestras necesidades. En esa lucha continua por satisfacer necesidades, el poder interpersonal es un recurso más, pero no es un fin.

La utilidad de la teoría de la dinámica y la estrategia interpersonal

La teoría de la dinámica y estrategia interpersonal está orientada exclusivamente a la práctica, y sirve para entender cómo somos y dónde estamos en el juego relacional y, lo más importante, sirve para encontrar pautas y asideros desde los que cambiar la realidad, para ello descubre variables y elementos manipulables donde aparentemente no los hay. El fin último de todo ello no es otro que el de intervenir en nuestro entorno relacional para provocar cambios que mejoren nuestra posición de poder interpersonal y, con ello, podamos satisfacer nuestras necesidades personales.

Para qué sirve la teoría de la dinámica y la estrategia interpersonal

La teoría de la dinámica y estrategia interpersonal en detalle

La teoría de la dinámica y estrategia interpersonal analiza y examina los principios que fundamentan la naturaleza de nuestras interacciones, así como nuestro estatus en cuanto a poder interpersonal.

Si quieres conocer un modo de analizar los hilos ocultos que determinan nuestro mundo de relaciones interpersonales puedes conocer la teoría siguiendo los enlaces de abajo.

Poder interpersonal

Relaciones

Definiciones y conceptos

Naturaleza de la relación

Roles en las relaciones

Dependencia múltiple

Productos de la relación

Simetría y reciprocidad en las relaciones

Ventajas y cargas de las relaciones

Factores que fortalecen o debilitan las relaciones

Ruptura de las relaciones

Recursos personales

Definiciones y conceptos

Dimensiones de los recursos

Necesidades

Definiciones y conceptos

El modelo de respuesta al entorno

Tipos de necesidades personales

Propiedades de las necesidades personales

Interacción

Definiciones y conceptos

Patrones y formatos

Automatismos y guiones

Definición implícita

Movimientos determinantes de los siguientes

Interacción primaria

Interacción secundaria

Fase entre interacciones

Análisis multidimensional de la interacción

Negación y entidad

Estrategia

Definiciones y conceptos

Acciones compensatorias

Estrategias y acciones

Modelo de planificación estratégica

Desafío

Alianzas

Libertad y vinculación

Reversión

Amenaza

Conflicto

Posicionamiento

Consejo

Incentivo

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